La manzana no es pera y la pera no espera…
MÉXICO.- El peral (árbol de la pera) llegó a América con los colonizadores ingleses y franceses que arribaron a Canadá, de donde se extendió a todo el continente americano.
La pera requiere de climas templados y húmedos para su crecimiento y desarrollo, en México los encontró, por eso se quedó, y ahora podemos disfrutarla en delicias como: vinos (especialmente sidra) y licores, mermeladas, jugos, licuados, conservas en almíbar, gelatinas y otros alimentos.
En el campo de la salud se emplea para prevenir la presión arterial, obesidad, diabetes, alergias, estreñimiento, gastritis, enfermedades cardíacas, infecciones en la sangre y el cáncer.
En el mundo existen más de 2 mil variedades de peras, las cuales varían de forma, tamaño y color, entre estas destacan por su comercialización: Anjou, Bartlett, Bosc, Seckel y Kieffer.
En México cada año se producen 28 mil toneladas de pera, los principales estados productores son Puebla, Michoacán y Morelos. A esto es importante agregar que se destinan al mercado internacional más de 40 mil toneladas de este producto.