¿Verde, roja o bandera? Así fue la Feria de la Gordita en La Resurrección

PUEBLA, MÉXICO.- Un poco de salsa, queso y cebolla sobre una tortilla de masa de maíz es todo lo que se necesita para saborear una rica gordita, un antojito tradicional mexicano que a pesar de ser aparentemente sencillo, es un alimento representativo de la cultura.

La memela, como también es llamada, es una comida emblemática de La Resurrección, junta auxiliar de Puebla que recientemente celebró su Novena Feria de la Gordita con cerca de 10 toneladas de masa, 5 toneladas de maíz, 3 toneladas de queso y 6 mil litros de salsa. Así porque más que un antojito, representa para esta comunidad una forma de resistencia para mantener su cultura: la del maíz.

CUNA DEL MAÍZ CRIOLLO

México es reconocido a nivel mundial como la cuna del maíz y Puebla, en La Resurrección, es cuna del maíz rojo o maíz criollo, y a pesar de que su consumo es una tradición viva en México, ésta se encuentra dormida, a decir de Ramón Vergara Sotero, pionero y promotor de temas de bienestar en la mencionada comunidad.

Para el voluntario de participación social hoy en día los alimentos han transgredido culturalmente a la población y se tiene un consumo increíble de comida chatarra, lo que ha provocado una compleja situación en materia de salud, como el alto índice de población con diabetes a edad temprana, el riesgo de sufrir cáncer por consumir maíz transgénico, entre otras problemáticas que culminan en un estilo de vida poco favorecedor.

Lo que es más, mencionó que la economía de mercado juega un papel fundamental en la producción de maíz transgénico, sin embargo su uso afecta a la identidad de los pobladores de La Resurrección, por ello habría que sensibilizar aún más de la importancia de ser poseedores del maíz criollo rico en componentes nutricionales.

“Tenemos que quitarles esa visión de mercado e inyectarles una visión de salud y bienestar a partir de su respuesta cultural, que es el cultivo del maíz criollo”, indicó a LA CAMPIÑA.

Del mismo modo, dijo que volver a la dieta tradicional de la milpa es el reto más importante que tiene la  humanidad, ya que el consumo de alimentos saludables favorece a conservar el medio ambiente, y así recuperar un estado de bienestar más íntegro.

“Lo que queremos hacer es que a todos los que estamos interesados en recuperar la salud y el bienestar, tenemos que apostar a recuperar la alimentación saludable. Es muy sencillo: hay que volver a la dieta tradicional, la milpa, el maíz y sus derivados; la calabaza o el chile, que se interrelacionan en el proceso de siembra y cosecha”.

LA RESISTENCIA

A pesar de la serie de infiltraciones transculturales que tiene que ver con el uso de alimentos no adecuados para la salud y la economía de mercado, Vergara Soto asegura que la tradición ha resistido a ser urbanizada y las comunidades autóctonas han resistido el embate.

“Hoy en día podemos presumir que a pesar de las adversidades de toda esta economía de mercado, nosotros podemos subsistir como pueblos originarios, conservando nuestras tradiciones, nuestra dieta. Nuestra raíz étnica alcanza para subsistir, lo que nos corresponde ante el avasallamiento de los medios de comunicación y de la economía de mercado, es cómo a partir de nuestras raíces podamos todavía conservar, mantener y difundir el uso de los recursos naturales que posee nuestro suelo”.

Sin embargo, para recuperar el legado histórico y ponderar la importancia que tiene en materia de salud, hace falta mucha promoción social en términos de educación cultural:

“De qué nos sirve tener un pasado histórico importante si no lo valoramos y no lo hacemos factible en el mundo de hoy: la alimentación, la vestimenta, la lengua, las tradiciones, las costumbres, refuncionarlas en beneficio de la salud, la cultura y la identidad nacional a partir de una realidad en particular, como lo es La Resurrección”.

La comunidad tiene la visión de que hay que recuperar el pasado para mejorar el presente y sobretodo asegurar que el futuro sea diverso y sea mejor.