Agricultura

Rimisp México realiza proyecto para mejorar programas vigentes de apoyo al campo

Redacción

La directora Ejecutiva de Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural – Ignacia Fernández, durante el conversatorio “La marginación en México, retrospectiva de una década”, realizado el 18 de abril en el Senado, resaltó la importancia de favorecer el empleo del término “exclusión social” sobre el de pobreza y marginación, por razones fundamentales y no solo de semántica.

“El problema tiene que ver con la falta de acceso a espacios de poder y de decisión, a oportunidades políticas y laborales. La resolución no es sólo atender fenómenos individuales, hogares aislados, sino atender la desigualdad y atender el acceso desigual a bienes, servicios y activos económicos, sociales, culturales y políticos”.

Ignacia Fernández recordó que Rimisp trabajó durante el actual sexenio con PROSPERA, en el diseño y operación de un programa piloto, Territorios Productivos, que buscó integrar los programas de fomento productivo al esquema PROSPERA, para inducir a que los beneficiarios salieran de la condición de pobreza por medio de su trabajo. Pero resultaron muchas dificultades de dispersión y captura de los mencionados programas productivos, y esas dificultades persisten. De allí la propuesta que ahora se trabaja de un fondo único de recursos para el agro, que debe ser acompañado de una mejor gobernanza local, o sea del fomento de la participación y la garantía del ejercicio de voz y de derechos en los pobladores de las localidades rurales.

Sobre este tema, dijo que la Oficina de Representación de Rimisp en México está trabajando en una propuesta de un “fondo único” de apoyos de fomento productivo para el medio rural, para evitar la dispersión, fragmentación y desarticulación que se observa en la gran cantidad de programas vigentes que existen para el campo.

“Sabemos que la pobreza rural alimentaria casi duplica a la urbana, y que las mujeres tienen serias dificultades pues ni siquiera poseen las tierras que trabajan, menos del 20% de la propiedad agrícola está en manos de ellas. Entonces tienen menos voz, más dificultades de participación y una evidente mayor inseguridad alimentaria. Y la situación se agudiza cuando las dificultades se intersectan: ser mujer, joven, jefa de hogar e indígena es una condena absoluta a la pobreza, a la exclusión”.

Las mujeres rurales comparten con los jóvenes rurales y los grupos étnicos la característica de grupos excluidos, añadió.

Señaló que Rimisp no plantea que las soluciones a los problemas de exclusión estén solo en programas de desarrollo territorial. “El planteamiento que hago es que en esta perspectiva de un problema múltiple, complejo y de carácter estructural, la solución no pasa exclusivamente por la dimensión institucional del problema, ni por la económica, ni por la participación social o generación de capital social, sino por una interacción de los tres factores”.

Ignacia Fernández afirmó que la exclusión es un asunto muy complejo que no puede ser resuelto por un solo ministerio (secretaría), sino por una visión integrada, y además debe frenarse la fragmentación de los programas públicos.

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