Plantas Medicinales

Propiedades medicinales de la malva

Redacción

La malva es una planta con reconocidas propiedades curativas desde hace mucho tiempo. Las hojas y las flores son las partes de la planta que contienen principios activos y sustancias beneficiosas para la salud.  Hay que recoger frescas las flores y las hojas y luego dejarlas secar o comprarlas ya secas para poder usar luego con fines medicinales.

Crece espontáneamente en los bordes, zonas incultas y al lado de caminos, en terrenos nitrificados, es de un cultivo fácil y se debe podar con regularidad o su follaje se llenará de roya. Florece en primavera y verano, incluso todo el año. Pleno sol o semi-sombra. Muy resistente a las heladas. Aunque acepta cualquier tipo de suelo, prefiere el fértil y bien drenado, profundo, ligero, rico en humus, seco o algo húmedo. Necesita riegos frecuentes, excepto durante la floración.

Propiedades medicinales

Para su uso en medicina se recolectan las hojas y las flores (también las raíces). Al secarse a la sombra, las flores son de color azul. En toda la planta se encuentra presente un mucílago que da cierta viscosidad a las preparaciones a base de malva.

Este mucílago tapiza las paredes de los órganos y recubre las mucosas, atenuando las irritaciones del aparato digestivo, regularizando las funciones intestinales y facilitando la cicatrización de heridas internas, lesiones en mucosas y úlceras de estómago. Para ello, se hierven las hojas con agua y se aderezan con aceite de oliva. Se emplea en el tratamiento de afecciones de las vías respiratorias superiores, al aplacar la tos; se suele usar la flor, en infusión o cocimiento, para tratar resfriados o catarros.

También se puede usar como colirio para los casos de sequedad, inflamación, enrojecimiento, infección, tensión ocular, vista cansada, etc… Solo tenemos que realizar una infusión con una cucharadita de planta seca por vaso de agua. Dejar enfriar y colar.

La malva se usa también como laxante ligero, y como antídoto en caso de absorción de ácidos o bases. En aplicación externa, sirve para la preparación de baños y apósitos contra las úlceras y erupciones cutáneas. Las hojas se cocían, se metían en un trapo y todavía caliente se aplicaba sobre heridas, picaduras o diviesos.

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