“Lo que nuestra tierra nos da”, proyecto de revalorización de las gorditas de maíz
PUEBLA, MÉXICO.- Las “gorditas”, este alimento que los mexicanos solemos encontrar en cada esquina, van más allá de un simple antojito, ya que además de tener un gran aporte nutrimental gracias todos los productos de la milpa que incluyen como los frijoles, el chile y el maíz, establece un gran sistema económico y productivo liderado por mujeres campesinas.
Así fue como lo refirió un equipo multidisciplinario de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), el cual con el proyecto “Lo que nuestra tierra nos da”, busca eliminar el prejuicio de que la comida mexicana es “chatarra” y reivindicar su posición ante la presencia de ingredientes y recetas extranjeras.
Durante un panel ofrecido de forma virtual, la directora Académica de Nutrición de dicha institución, Lourdes Silva Fernández, mencionó que es importante que desde la Academia se genere una concientización de los aportes nutricionales, económicos y sociales con los que contribuye la alimentación tradicional de México. Así, iniciaron el proyecto con un estudio de las “gorditas” hechas por las mujeres de La Resurección, una región tradicional en la elaboración de este alimento por ser productora de diversidades de maíz, incluyendo variedades endémicas.
“La gente comúnmente equipara ese tipo de productos con un alimento chatarra (…), hay alimentos que tiene un valor nutrimental bajo que por eso se consideran así, pero cuando ponemos ahí las gorditas es donde brinco porque ¿de dónde lo sacan?, si es un alimento preparado con maíz que ellas mismas producen, siembran, cosechan, nixtamalizan, muelen. Hay que quitarle ese estigma ´porque es un alimento que nos identifica como mexicanos y que nos encontramos en cada esquina”.
EMPRESA FAMILIAR AGROPECURIA
Además de todos los aportes nutrimentales, Luis Andrés Cabrera, destacó la dinámica interesante que representa un puesto de memelas, una empresa familiar agropecuaria que desarrolla todo el proceso de una empresa empezando por la siembra, cosecha y transformación de su propio maíz criollo, lo cual es un indicador de transmisión del conocimiento a través de las generaciones.
Durante su participación, el especialista explicó que normalmente se pensaría a la empresa agroalimentaria como algo muy grande y complejo, de muchos recursos y gran dimensión; sin embargo, la empresa familiar agropecuaria es una esencia donde hay una entrada de insumos, un proceso de producción, una división de roles de trabajo y finalmente un producto que se comercializa.
“Esto es algo que hace cualquier empresa y lo hacen las familias de La Resurrección. Cuando ves un puesto de memelas, estás viendo el último eslabón de la cadena agroalimentaria de una empresa familiar que empieza con la producción de la materia prima, pasa el proceso de transformación y finalmente lo está comercializando para hacérselo llegar al consumidor”.
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