ICUAP desarrolla proyectos de conservación y recuperación del suelo
PUEBLA, MÉXICO.- Investigadores del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) realizan proyectos internos y con financiamiento externo para su mejora y recuperación, con el propósito de conservar y recuperar el suelo dañado por el maltrato de años de abandono,. A través de la propuesta de una Estación Experimental de Manejo Sustentable de Tierra, en cinco hectáreas del Ecocampus Universitario Valsequillo se pretende demostrar, con investigación básica, los beneficios que reporta su cuidado, en lo ambiental, social y económico.
Jesús Armando Ruiz Careaga, académico del Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas (DICA) y responsable de este proyecto, señaló que en el área de la estación ya se han clasificado siete cortezas edáficas. Unas conservan suelos potencialmente agrícolas, otras están afectadas de forma moderada por la actividad humana, dos se encuentran en estado avanzado de degradación -aparece en la superficie el horizonte C, incapaz de dar sustento a las plantas de cultivo- y en el peor de los casos existe un sitio con pérdida de todos los horizonte edáficos y la roca aflora en la superficie.
Por medio de la reforestación y otras medidas de manejo sustentable de tierras, la zona que ocupa esta estación experimental se convertirá en un espacio para mostrar lo acertado de esta investigación. “Se espera convertirlo en una herramienta para combatir y mitigar los efectos del cambio climático, reducir los niveles de pobreza en el campo y mejorar las condiciones económicas de las familias”, destacó el investigador del ICUAP.
EL APUNTE
El suelo presta diversos servicios a la humanidad y al planeta. En la dimensión ambiental es el tercer reservorio de carbono, solo superado por los océanos y los estratos geológicos; sobre este se desarrollan las plantas, a través de la fotosíntesis y captura de CO2 de la atmósfera. En lo social constituye el principal recurso para producir alimentos. En lo económico es el sustento de comunidades rurales; aporta materiales para la industria y guarda la historia de culturas ancestrales. Además, es sustrato de las construcciones civiles e industriales. ¿Cuánto vale? No tiene precio.