Patricia Acevedo, maestra mezcalera que pone en alto a Guerrero
PUEBLA, MÉXICO.- Ni el arado de la tierra, lo pesado de las pencas, el acarreo de piñas o el martajado de magueyes detiene a las maestras mezcalereras del país, quienes a sudor, esfuerzo y desde el silencio preservan el papel de la mujer en el campo.
Porque el trabajo de la tierra es duro, pesado y complicado no sólo por las labores físicas que requiere, sino también por el esfuerzo que ellas hacen tras bambalinas al alimentar, cuidar y atender, sin reconocimiento, a los hombres al frente de la elaboración de mezcal.
Así lo narró tras participar en el diplomado “Latidos de la Cocina Tradicional Mexicana” que organiza el Centro de Lecturas Escrituras y Memoria (LEM), Patricia Acevedo, una maestra mezcalera originaria de Amojileca, comunidad de Chilpancingo, quien tras años de lucha ha logrado ser representante de los productores de mezcal en Guerrero en un terreno mayormente pensado para hombres.
En entrevista con LA CAMPIÑA, cuenta que para ella la presencia femenina está en esta bebida mexicana; ya sea en su elaboración, producción, comercialización o por “llevarle simplemente la comida a los hombres hasta donde andan labrando”.
“Las señoras se van a donde los señores están labrando a llevarle sus comidas, sus almuerzos, se van a ayudarles incluso a acarrear los magueyes. Ellas se dedican a promocionar y vender el mezcal; la figura femenina está presente en la elaboración del mezcal, nada más que de repente minimizamos un tanto”, comenta respecto del trabajo que hacen las mujeres en su comunidad.
TRADICIÓN MEZCALERA
Como quinta generación de una familia mezcalera, Patricia desde niña fue testigo del amor y esfuerzo que por más de cien años los suyos han puesto en la elaboración de esta bebida destilada del agave. Su abuelo fue mezcalero y, junto a su tía Lupe, aprendió a preparar bebidas a base de mezcal.
Con el apoyo de su esposo y sus hijos, también involucrados en la preparación del líquido, logró constituir su mezcalería: “Los Magueyes con Sabor a Guerrero”, la cual tiene tres décadas deleitando paladares con seis marcas.
Aquí se pueden encontrar desde los mezcales más suaves de 16° mezclados con frutas hasta los más fuertes, como el Mezcal de Avispa, que con sus 50° grados de alcohol promete curar cualquier mal de amor.
Estos logros, dice, “representan una lucha constante, ser perseverante. Tenemos que darnos cuenta las mujeres que podemos hacer las cosas si nos lo proponemos”, añade quien ahora es directora de la Ruta del Mezcal de Guerrero, la cual abarca 15 mezcaleras de las comunidades de Mazatlán, Amojileca, Petaquillas, Mochitlán y del municipio de Chilpancingo.
DEL PALENQUE A LA COCINA DE HUMO
Sus conocimiento en el mezcal ancestral le han permitido mezclar los sabores con la cocina tradicional, saberes que adquirió de la cocina de humo de su mamá y de los secretos de su tía Lupe.
Tanto es presidente de la Asociación de Productores de Mezcal de Guerrero (Promeg) como dueña del Restaurante Campestre Los Magueyes, además ha asistido a foros nacionales e internacionales de cocina tradicional, un logro que agradece siempre a la herencia familiar.
“Sin querer lo fui formando y ahora me doy cuenta y que se lo debo a la herencia de mi mamá, mi abuela, mi tía y que lo he fomentado también a mi familia. No son caminos fáciles pero gracias a Dios lo he logrado y también en la cocina tradicional el poder conjugar y atreverme hacer platillos con mezcal, que en algún momento determinado no sabía si iban a funcionar o no, pero que se han hecho y para mí ha sido un reto y un gran orgullo”.
Además de los saberes y conocimientos que recibió de herencia, con el pasar del tiempo Patricia Acevedo ha estudiado y se ha documentado en el mezcal por lo que toma como “un honor y un triunfo” haber logrado estar al frente no nada más de la ruta mezcalera, sino también ser presidente de un grupo de mezcaleros donde todos son hombres:
“Imagínate cómo me puedo sentir con estos logros, y si yo pude hacerlo pueden hacerlo muchas mujeres en este momento”.
Su orgullo es que la llamen maestra mezcalera y cocinera tradicional, pero sin dudarlo asegura que su mayor satisfacción “es que mis hijos, mis nueras y mis nietos hayan creído en mí, en el proyecto que hemos llevado a cabo. Esa es mi mayor satisfacción”.