Impacta en huella de carbono desperdicio de alimentos
NACIONES UNIDAS.- Chile, Argentina y Brasil han establecido medidas para contrarrestar la pérdida de alimentos, que en América Latina es de un 20 por ciento y además tiene impacto en la huella de carbono, agua y tierra, destacó la FAO.
“América Latina y el Caribe representan el 20 por ciento de la cantidad global de alimentos que se pierden desde la fase posterior a la cosecha hasta el nivel minorista, sin incluir a este último”, reveló el organismo en su informe “Estado mundial de la alimentación y la agricultura 2019”.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que Chile, que será sede de la COP25 en diciembre próximo, estableció un Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, con el fin de facilitar y coordinar estrategias para paliar esa situación.
Destacó que Argentina creó un Programa Nacional para la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos en 2015; “desde entonces, más de 80 instituciones públicas y privadas se han unido para formar la Red Nacional para la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos”.
Por su parte, Brasil, tiene la red nacional de bancos de alimentos, Mesa Brasil SESC, que “ha entregado comida a más de 1.4 millones de brasileños a través de asociaciones público-privadas en más de 500 municipios en 2017, con alimentos que habrían acabado en la basura”.
De acuerdo con la FAO, la región de América Latina alberga el 9.0 por ciento de la población mundial y se encuentra después de Asia meridional y central, así como América septentrional y Europa, en el ranking del desperdicio de alimentos.
Consideró que las “causas principales de pérdidas en la granja incluyen cosechar en el momento inadecuado, las malas condiciones climáticas, las prácticas erróneas en la cosecha y su manejo, así como los desafíos que suponen la comercialización de los productos”.
También “las condiciones de almacenamiento inadecuadas, así como decisiones inapropiadas tomadas en las primeras etapas de la cadena de suministro, generan pérdidas significativas y una vida útil más corta a algunos productos”.
Según el estudio, las pérdidas y desperdicios de alimentos tienen tres tipos de huellas ambientales cuantificables: de carbono, de tierra y de agua.
“La huella de carbono de los alimentos es la cantidad total de gases de efecto invernadero que se emiten a lo largo del ciclo de vida de los alimentos, expresado en dióxido de carbono (CO2). América Latina es responsable del 16 por ciento de la huella de carbono mundial debido a las pérdidas de alimentos, anotó el organismo.
“La huella de la tierra es la superficie de tierra necesaria para producir los alimentos y la región representa el 9.0 por ciento de la huella de la tierra mundial en cuanto al desperdicio de alimentos”, aseveró.
Mientras que en términos de la huella de agua, apuntó, “la medida de toda el agua dulce utilizada para producir y suministrar los alimentos al consumidor final, la región responde por el 5.0 por ciento”.
Las pérdidas de alimentos a nivel mundial se estiman en 13.8 por ciento de lo que se produce anualmente, lo que equivale a unos 400 millones de dólares, estimó la FAO.